El país está perfectamente bien, crecemos a un 6%, pero, ¿quién es “el país”?. La pobreza ha disminuido a menos del 20%”, pero, ¿cómo medimos la pobreza? El desempleo está más bajo que en los últimos 7 años, solo un 8%, pero, ¿será cierto que la cifra se obtiene preguntando por quienes trabajaron una hora en los últimos 7 o 15 días? Somos un país modelo, pero ¿modelo para quién?
Todo esto dicen los medios cuyos dueños son partidarios del modelo económico vigente en nuestro país, sin embargo, otra realidad muy distinta vive la gran mayoría de los chilenos todos los días: sin trabajo por meses y años; con sueldos miserables, sin seguridad de ningún tipo, con una educación de pésima calidad que acrecienta las diferencias entre los chilenos y con una salud cada día más cara y menos accesible; sin casas o con casas tan precarias. Nos hemos especializado en crear realidades mediáticas que se afirman en encuestas que dicen lo que quieren que digan quienes las pagan.
Los miembros de la comunidad de las Ciencias Sociales lo sabemos muy bien, las encuestas sirven para mentir con clase. No resulta difícil sesgar una muestra. Tampoco, intervenir los resultados guardando celo de no salirse de los márgenes que te da el “nivel de confianza” o “porcentaje de error muestral” que te permite mantener la credibilidad de los especialistas en “estudios de mercado” a flote. La encuesta CEP no es una excepción a esta verdad.